jueves, 19 de enero de 2017

Tal día como hoy... (nacimiento Edgar Allan Poe)

Tal día como hoy, un 19 de enero de 1809, nació en la ciudad de Baltimore uno de los escritores más enigmáticos de todos los tiempos: Edgar Allan Poe, el "maestro de lo extraño".
Poe y la figura de un cuervo, unidos para
la posteridad.
Hoy en día, hablar de Poe es hacerlo de un icono, un maestro de lo extraño y uno de los escritores estadounidenses más importantes del Romaticismo. Cada día más lectores lo descubren y, quienes ya lo conocen, se animan a redescubrirlo. Sus historias suscitan una atracción irresistible, en ellas encontramos cuervos que hablan, espíritus de personas muertas y personas vivas que parecen muertas. Oscuridad y sombras, ruinas y destrucción, nostalgia, amor y desesperación.
Sin duda alguna, el principal personaje que inspiró toda su obra fue él mismo. Animamos a los lectores a acercarse a la vida de Poe, a que lean alguna de las fantásticas biografías y, de entre ellas, muy especialmente la que escribió Peter Ackroyd: "Poe. Una vida truncada". 
Poe escribió sobre si mismo: <<Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de soledad, mofa de las cosas de este mundo>>. Sin duda, la existencia del gran escritor fue sobrecogedora, intensa y dramática.
Diversas maneras de acercarse a la obra del genial autor.
Compartimos contigo el siguiente fragmento de "Poe. Una vida truncada", el citado ensayo de Peter Ackroyd, que comienza su libro por el final, por la enigmática muerte del escritor:

   El médico residente John Moran manifestó después que Poe permaneció <<sin darse cuenta de su estado>> hasta las primeras horas del día siguiente. A un recién estupor le sucedió entonces un <<temblor de los miembros>>, así como un delirio con <<incesante e inane conversación con objetos espectrales e imaginarios en las paredes>>. Hasta dos días después de su ingreso en el hospital, el 5 de octubre, viernes, no recuperó la calma. Empezó a hablar, aunque de manera incoherente. Le contó al médico que tenía una esposa en Richmond, lo que no era cierto, y que no sabía cuándo se había marchado de dicha ciudad. El médico trató de tranquilizarlo, asegurándole que pronto volvería con sus amigos, pero Poe empezó a reprocharse a si mismo su degradación, llegando a decir que lo mejor que podía hacer un amigo por él era volarle los sesos. A continuación se quedó dormido.

El 7 de octubre de 1849 fallecía Edgar Allan Poe, dejaba para la posteridad un fantástico legado.

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