miércoles, 14 de septiembre de 2016

Hablamos de Sarah Lark

Hoy miércoles queremos hablarte de Sarah Lark, el seudónimo bajo el que escribe Christiane Gohl, natural de Bochum, Alemania, donde nació en 1958. 
Christiane, desde muy pequeña, se sintió muy cercana a los animales, especialmente a los caballos y una de sus grandes frustraciones fue no estudiar veterinaria. Estudió Educación y trabajó como periodista y publicista, posteriormente también como guía turístico, lo que le permitió descubrir Nueva Zelanda, país que le causó una profunda impresión.
Otro país importante para ella será España, a donde llegará cómo turista y donde tiene hoy en día fijada su residencia, en un pequeño pueblo de Almería llamado Los Gallardos.
Algunas de las novelas de Sarah Lark, los viajes exóticos y las aventuras siempre acompañan a sus lectores
Comienza  escribir a inicios de los noventa y publica gran cantidad de libros en Alemania sobre caballos y equitación. Cuando cambia de registro y se introduce en el mundo de la novela, los propios editores alemanes le piden que escriba bajo seudónimo, pues el nombre de Christiane Gohl está asociado a una escritora sobre caballos. Desde entonces escribe bajo diversos seudónimos, siendo el más conocido el de Sarah Lark, pero Christiane Gohl es también Ricarda Jordan y Elisabeth Rotenberg. En España, todos sus libros están publicados por Ediciones B salvo "La doctora de Maguncia", el primer libro que escribió como Ricarda Jordan y que publicó Maeva en 2009.
Pero seguramente, la conocerás como Sarah Lark, la autora de la exitosa trilogía de los Maoríes, que se inició en 2007 con "En el país de la nube blanca". Esta novela nos sitúa en el Londres del siglo XIX, en 1852. Gwyneira y Helen son dos chicas que embarcan rumbo a Nueva Zelanda, con un mismo destino, el de casarse con dos hombres que no conocen. Gwyneira es de origen noble y en ese paraíso que es Nueva Zelanda y que se está abriendo a Europa, la espera un magnate de la industria de la lana. En cuanto a Helen, es una institutriz que ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero. Helen y Gwyneira se conocerán durante el viaje, compartirán sus experiencias y nacerá una amistad, pero ¿qué les deparará la nueva y misteriosa tierra?
"En el país de la nube blanca" es el primer libro de la trilogía de los Maoríes, que cosechará un enorme éxito editorial. La trilogía continúa con "La canción de los maoríes" (2008) y "El grito de la tierra" (2009).
Sarah Lark firmando ejemplares
Con "Hacia los mares de la libertad" (2010) inicia una segunda trilogía ambientada en Nueva Zelanda y Australia. En este caso los protagonistas son una pareja de irlandeses (Michael y Kathleen) que deciden emprender el largo viaje buscando una vida mejor. Todo se complica cuando Michael es condenado y enviado a Australia. Esta nueva trilogía continúa con los títulos "A la sombra del árbol Kauri" (2011) y "Las lágrimas de la diosa Maorí" (2012).
Con su siguiente trabajo cambia de escenario geográfico, puesto que en "La isla de las mil fuentes" (2013) Sarah Lark nos hace viajar hasta el Caribe. La principal protagonista de esta aventura es Nora, la hija de un comerciante londinense, que se unió, mediante un matrimonio de conveniencia, con un rico viudo propietario de una plantación, llamado Elías. Allí la vida no es en absoluto como Nora hubiera pensado y, a partir de un asalto nocturno a la plantación, Nora se verá envuelta en los tumultos provocados por los esclavos. Nora lo perderá todo salvo la vida y ahora tendrá que buscar un nuevo futuro. Esta aventura la resuelve Sarah Lark con un segundo libro, titulado"Las olas del destino" (2013).
Con "La estación de las flores en llamas", la escritora alemana inicia la trilogía de los Maoríes II. Nos vuelve a situar en el siglo XIX, en esta ocasión todo comienza en 1837 en Mecklemburgo, donde los familiares de Ida estudian la idea de viajar a Nueva Zelanda buscando una vida mejor.  A Ida la espera una desagradable sorpresa durante el viaje y luego grandes penalidades en el lugar de destino, entre otros problemas deberá afrontar una gran inundación, pero la tierra prometida también le deparará la inesperada amistad de Cat, una chica criada entre maoríes. La trilogía continúa con "El rumor de la caracola" y "La leyenda de la montaña de fuego".
Aventuras, paisajes exóticos, tramas bien estudiadas y personajes interesantes te esperan en las páginas de los libros de Sarah Lark.

Compartimos contigo unos pequeños fragmentos de algunos de sus libros:

- ¿Qué más puede hacerse que no sea plantar caña de azúcar o tabaco? -preguntó Nora.
   Estaba sentada en el diván de lady Wentworth y sostenía afectadamente una taza de té entre el índice y el pulgar. Desde que pocos decenios antes la reina Ana había dado a conocer esa infusión caliente, se servía en los mejores salones de Inglaterra. Como la mayoría de las damas, Nora había puesto azúcar con generosidad, para gran satisfacción de su anfitriona, que veía en cada té bien azucarado de Inglaterra una contribución al mantenimiento de su fortuna.
- Pues bien, el tabaco no ha dado especialmente buenos resultados -contestó pacientemente lady Wentworth.
Las incontables preguntas de la joven hija del comerciante la divertían. Nora Reed parecía firmemente decidida a que su futuro transcurriera en las colonias.

Fragmento de "La isla de las mil fuentes".

- ¡Diablos, si son franceses! -gruñó Sánchez. Parecía haber superado su primer estupor y volvía a quejarse cuando empujaron a Bonnie al rincón de la cubierta del Jeanne d´Arc donde habían agrupado a los piratas-. ¿Por qué diablos se han entrometido?
   El capitán Seegall le lanzó una mirada triste. La barba húmeda y oscura contrastaba con la palidez de su rostro, de tal modo que había podido creerse que Barbanegra había resucitado.
- Esto es el fin -afirmó con voz apagada-. Se acabaron los buenos tiempos. Desde que españoles y franceses hicieron causa común, nos han perseguido con saña, como a conejos...

Fragmento de "Las olas del destino"

- No va usted tatuada -observó la señora Van Bommell, entre aliviada y decpecionada-. Pensaba que alrededor de los ojos...
- Sólo tengo una cuarta parte de maorí -le respondió-. Y en mi tribu el moko ya no se hace con tanta frecuencia como antes. Por otra parte, a las mujeres se les tatúa como mucho alrededor de la boca. Para mostrar que los dioses han dado a la mujer y no al hombre el aliento vital.
La señora Van Bommell y su hija se quedaron entusiasmadas con esta historia y pidieron a Atamarie que les contara más acerca de las leyendas y relatos transmitidos por su pueblo.

Fragmento de "Las lágrimas de la diosa Maorí"

Te dejamos el sitio web de la autora para que la conozcas mejor:

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