miércoles, 7 de septiembre de 2016

Hablamos de Cicerón

Hoy miércoles retrocedemos dos mil años, hasta la antigua Roma, para hablarte de un fascinante personaje, de Marco Tulio Cicerón. Posiblemente la mayoría lo conocerán, al menos por las citas que ha dejado para la posteridad. Nos encontramos, sin duda, ante uno de los personajes más importantes de la Roma Republicana. Filósofo, político, orador, antes de continuar con su biografía, queremos compartir contigo una pequeña parte del prefacio de la meritoria obra "Cicerón", de Anthony Everitt:
<<Comencé a escribir esta biografía por casualidad. A lo largo de los últimos años, he visitado Roma para asistir a un festival de teatro cada mes de junio. Durante el día, libre de obligaciones, pasaba muchas horas explorando los escombros y las ruinas del Foro, la plaza central de la antigua ciudad. En el transcurso de los siglos, ocurrieron tantas y tantas cosas en los rincones de este pequeño espacio... Cada piedra me hablaba. Y entonces se me ocurrió que el único escritor romano cuya obra todavía evoca al Foro como una plaza viva fue Cicerón. Durante cincuenta años fue su lugar de trabajo como estudiante, político y abogado. Volvía a sus relatos sobre el mundo en que vivió, y no pude dejar de pensar en ello. Éste es el motivo que dio origen a este libro.>>
Viñeta que representa a Cicerón en uno de sus legendario enfrentamientos contra Catilina en la curia de Roma
La historia de Cicerón comienza un 3 de enero del año 106 antes de Cristo, el día que nació en la localidad de Arpinum (actual Arpino), situada casi a mitad de camino entre Roma y Nápoles. Se crió en el seno de una familia plebeya que había ascendido al orden ecuestre, lo que posibilitó que tuviera acceso a una buena educación. Ya en Roma, estudiará Derecho, Oratoria, Literatura y Filosofía. En leyes tendrá como maestro al prestigioso Quinto Mucio Escévola (140 a.C. - 82 a.C.), senador y cónsul. En esos primeros años de formación, además de en leyes, también destacó en oratoria y en poesía y, según algunas fuentes, es posible que con catorce años escribiera su primera obra "Pontius Glaucus".
Busto de Cicerón conservado en los Museos Capitolinos
A los diecisiete años comienza su preparación militar, años que coinciden con un conflicto bélico, la conocida como "Guerra de los Aliados" (91 - 88 a.C.), en la que servirá bajo las órdenes del padre del futuro Pompeyo Magno, de nombre Pompeyo Estrabón. Tras el periodo militar y una breve experiencia ejerciendo como abogado en la capital, emprende un viaje de formación política y filosófica a Grecia que durará unos dos años. El viaje es también una huída temporal, por las críticas a Sila, pues Cicerón, en su defensa a ultranza del sistema republicano, criticará siempre cualquier posible gobierno unipersonal, lo que le granjeará poderosos enemigos, como el mencionado Sila, Julio César y Marco Antonio, entre otros. En ese tiempo conocerá al epicúreo Fedro y al estoico Diodoto, entre otros, y también seguirá las lecciones en la Academia.
En el año 77 a. C. regresa a Roma y es en ese momento cuando comienza su carrera política, su cursus honorum, ocupando en primer lugar el cargo de cuestor, luego el de edil y finalmente alcanzando el consulado el año 63 a. C.
En los años de la guerra civil (49 - 45 a. C.), toma partido por la facción de Pompeyo y se enfrenta a Julio César. Cuando las tropas de César entran en la capital, Cicerón huye de la ciudad al igual que la mayoría de senadores. No obstante, tras la derrota de Pompeyo la actitud de César es de magnanimidad hacia sus enemigos y se produce una reconciliación con Cicerón. No obstante, tras el asesinato de César en los idus de julio (15 de julio) del 44 a. C. la predisposición de Marco Antonio y de Octaviano (futuro Augusto) hacia Cicerón no será la misma lo que desembocará en su proclamación como enemigo del estado y posterior ejecución, el 7 de diciembre del año siguiente (en "Las Vidas paralelas" de Plutarco puedes encontrar una descripción del asesinato de Cicerón, instigado por Antonio y llevado a cabo por un tribuno de nombre Popilio y un centurión llamado Herenio). El cuerpo de Cicerón fue desmembrado y su cabeza y una de sus manos expuestas.

De entre sus muchas obras, destacamos las siguientes: "Catilinarias" (cuatro discursos de Cicerón pronunciados a partir del 63 a. C. para denunciar una conjura de Catilina para hacerse con el poder); "Filípicas" (una serie de discursos en contra de Marco Antonio durante el Segundo Triunvirato); "De re publica" (tratado de filosofía política, tomando como modelo "La República" de Platón y que escribió a partir del 55 a. C.); "De legibus" (tratado sobre leyes que hoy en día se conserva incompleto); "De inventione" (tratado de oratoria escrito en sus primeros años, tampoco se conserva completo); y "De officiis"(sobre los deberes que debe tener una persona de estado).

Sobre este personaje encontrarás gran cantidad de bibliografía, nosotros nos permitimos recomendarte "Cicerón", de Anthony Everitt, editado por Edhasa, un libro que te permitirá acercarte con profundidad al personaje y a su tiempo, unos años fascinantes en la Historia de Roma.
"Cicerón", de Antony Everitt, un excelente ensayo histórico sobre este importante personaje
La historia de Cicerón es la historia de la Roma de los primeros dos tercios del siglo I antes de Cristo. Una trascendental figura histórica a la que desde El Libro en Blanco te animamos a conocer.

Terminamos con una carta reflexiva que Cicerón hizo llegar a un amigo aristócrata hacia el año 61 a. C, sobre los cambios que debe afrontar un estadista a lo largo de su carrera política, en función del medio:
<<Creo que uno debe saber adaptarse a los tiempos. Nunca se ha considerado una virtud en los estadistas que no cambien sus puntos de vista. En el mar es bueno navegar delante de la tormenta, incluso si el barco no puede llegar a puerto; pero si puede atracar con un viraje, sólo un loco se arriesgaría a naufragar manteniendo el curso original, en vez de cambiarlo y llegar al destino más adelante. De manera similar, mientras nosotros, estadistas, no debemos dejar de pensar en el objetivo de la paz con el honor al que me he referido a menudo, lo que hay que mantener siempre es nuestra meta, no nuestro lenguaje.>>

Te dejamos un muy interesante a una publicación de El Mundo en marzo de 2014:
http://www.elmundo.es/cultura/2014/03/21/532b7fc222601d1d088b457d.html

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